sábado, 15 de diciembre de 2007

Pegate un tiro en la cabeza

Quisiera arrancarlo, deshacerme, sin previa preparación,
de un tirón,
cruda.
Crudo.
Lástima que las cosas no siempre resultan tan sencillas, y uno debe atravesar ciertos recorridos para llegar al fin deseado. Igualmente, creo yo, si las cosas sí fuesen tan sencillas, seriamos todos una manga de boludones que no sabrían reaccionar ante una mierda. Nunca un mambo en la cabeza, nunca una contradicción, nunca quemarse con kilos y toneladas de pensamientos, nunca nada, nunca no, nunca sí, nunca así. Algo tiene que haber, un mínimo aunque sea, una pizca, pero cuanto más grande mejor. Lo que no te mata te fortalece, y cuanto mas te estés muriendo, más fortalecido vas a quedar guacho. Tampoco es que se trate de tomarse la vida como una telenovela barata y sufrirla a cada putísimo momento, ni un extremo ni el otro, los extremos bien sabemos tienden a ser peligrosos, y como todo peligro, bien sabemos que tendemos al mismo. Así somos o así soy y así es y así será. Cuanto más rebuscado más salado. Cuanto más salado más nos adentramos. Cuanto más nos adentramos más nos rebuscamos y basicamente nos convertimos en un círculo vicioso del que se espera sacar algún provecho. Y se supone que esa es la idea, podría suponerse.

No hay comentarios: