lunes, 3 de septiembre de 2007
Una y otra y otra vez
Nos despertamos sedientos de respuestas, cuando apenas podemos afirmar la pregunta. Creamos nuestras propias teorías basadas en nuestras propias suposiciones y nos aferramos a ello. Te aferrás y buscás la permanente justificación. Si las cosas suceden así, es porque esto es asá. Y todo cuadra y se llena del sentido que requiere. ¿Y qué pasa si no? ¿Qué es lo que ocurre si el sentido es tan solo imaginación nuestra y nada de lo justificado es verdaderamente real? Necesitamos de esa seguridad, reclamamos esa seguridad. Tanteás a tu alrededor y al no encontrarla tangible tus deseos mezclados con tu fracaso la crean. Y volvés a aferrarte. Nos aferramos bloqueando aquello que nos pertenece que no nos gusta notar, pensar, sentir, vivir, e inconcientemente seguimos viviendo. (¿Inconcientemente?)
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